Esta es una entrada de agradecimiento:
Durante nuestros días en Nueva York no pudimos inspeccionar la ciudad demasiado a fondo básicamente por dos razones:
1. Tener que grabar algo cada día (el hecho de dividirlo todo a lo largo de los días que teníamos nos permitió no tener que ir con prisas y poder sacar mejor material), y especialmente
2. Por el bajísimo presupuesto del que disponíamos (Esteban tuvo que quedarse en la calle cuando subimos al edificio Rockefeller uno de los pocos días turísticos que tuvimos, imaginad la estampa).
Es lo que hay, y nos podría haber agobiado, de no ser por la cocina de Paco.
Paco fue nuestro cocinero en la familia Panta, y el hecho de saber que pasara lo que pasara nos esperaba siempre un plato de algo cocinado cojonudamente, sin darnos cuenta nos hacía la vida extremadamente fácil a todos los niveles.
Imaginad, un desayuno asegurado de tostadas con tomate, aceite, jamón, galletas, naranjada y café cada día, es el tipo de coñas que hacen que valga la pena salir una hora más tarde de casa, afrontando el día con la idea de "ya se está jugando bien", con mucha calma. Es el tipo de detalles que por absurdo que suene, creemos que definen el día antes de empezar, y gracias a ello las cosas salen bien casi sin querer.
Muchas gracias Paco.
Cuidad a vuestro cocinero.
lunes, 1 de febrero de 2010
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1 comentario:
a todo el mundo le gusta que le cuiden la barriga
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