viernes, 22 de julio de 2016

HOY ES EL CUMPLEAÑOS DEL PAPÁ KARKIÑOLI


Esta mañana nos hemos despertado en un CONCURSO DE RUFIANES. Hemos, literalmente, despertado ahí, echados en una bancada, y el concurso estaba a más de la mitad. Cuando ya estábamos casi recompuestos, ya pidiendo los primeros Cacaolats del día, ya pillándole el punto a la situación... han anunciado el rufián ganador: ¡¡ESTEBAN!!
BEST RUFIÁN OF 2016, lo han llamado. Todos los focos de la sala lo han apuntado a él y no ha podido evitar escupir todo el líquido que tenía en la boca en ese momento, con tan mala pata que ha rociado entera a una pobre señora que no tenía ninguna culpa. Por suerte ella se lo ha tomado con humor y ha seguido riendo y aplaudiendo, gritándole "oh my God, you are really a fucking RUFIÁN! You are a PRO!!", al tiempo que se limpiaba las gotas de Cacaolat que le regalimaban por el jeto, como lágrimas de chocolate. Esteban le ha dado un beso en la boca y ha subido a buscar su merecido premio, chocando palmas con quien fuese que se encontraba por el camino.


Su discurso ha sido breve pero muy acertado. Ha dicho, "joder, soy... ¡soy un PÉRSON!". Ha mandado un beso al aire y de su espalda se han liberado cuatro palomas blancas al tiempo que todo Cristo volvía a aplaudir emocionado. Nota divertida: una de las palomas ha soltado un poco de caca líquida y ha caído en... lo habéis adivinado: ¡la señora de las lágrimas de Cacaolat! La pobre se ha notado que ya no le hacía tanta gracia pero aun así se lo ha tomado con deportividad y ha exclamado "what the hell?? I love this gala!!".
En definitiva, un sarao de no te menees. Luego le han estado haciendo unas entrevistas, en las que ha explicado que encima hoy es su cumpleaños. "UNBELIEVABLE!", gritaban los periodistas. "¡31 TACOS!", decíamos. ¡Y qué bien llevados!


Y nada, ya para casa. Hemos tenido que rehacer nuestros pasos porque, os lo juramos, no sabemos cómo demonios llegamos ayer hasta ese sitio. Que estaba en otro país y todo, eh? Por suerte no ha habido problemas en las aduanas con la copa que le han dado a Esteban, que era bastante tocha y uno nunca sabe cómo reaccionarán los empleados de seguridad de los aeropuertos. Algunos guardia civiles incluso le gritaban "¡rufián!", y se reían enseñándole el pulgar. Uno me ha dicho en privado "tal como está el patio es un alivio ver cachondos como vosotros por aquí... tanta amenaza yihadista es un COÑAZO, tío, de verdad. Seguid así, ¡ah, y felicita a Esteban de mi parte!" (Esteban en ese momento estaba echando una meada en el váter).